¿Alguna información? ¿Necesitas contactar al equipo editorial? Envía tus correos electrónicos a [email protected] o ve a nuestro formulario.
Estilo de vida

¿Por qué algunas personas no les gusta contestar llamadas telefónicas?

Reconocer las raíces de este rechazo puede ayudarte a encontrar soluciones y comunicarte de manera más efectiva

Hablar por teléfono solía ser una forma común de comunicación, pero hoy en día, a muchas personas no les gusta contestar llamadas telefónicas. Esto genera una pregunta interesante: ¿qué hay detrás de esta tendencia? Varias razones psicológicas, sociales y tecnológicas explican por qué cada vez más personas optan por mensajes de texto o notas de voz en lugar de responder una llamada.

¿Por qué algunas personas no les gusta contestar llamadas telefónicas?

La percepción de las llamadas como intrusivas

Una de las razones principales es que las llamadas de teléfono son vistas como intromisiones en la rutina diaria. A diferencia de los mensajes de texto, las llamadas requieren atención inmediata. Este sentido de urgencia puede ser percibido como una presión indebida, especialmente si la persona está ocupada o no se siente preparada para interactuar en ese momento.

Además, no tener control sobre la duración o el tema de la conversación puede ser frustrante. Los mensajes permiten administrar la comunicación a tu propio ritmo, lo que es ideal en un mundo donde todos parecen estar constantemente ocupados.

Ansiedad social y miedo al juicio

Para muchas personas, especialmente aquellas con ansiedad social, las llamadas telefónicas pueden ser una fuente de estrés. Hablar por teléfono elimina las pistas visuales como expresiones faciales y lenguaje corporal, lo que hace que la conversación sea más difícil de interpretar. Esto puede generar incomodidad y llevar a respuestas dubitativas.

El temor a no sonar elocuente o ser juzgado por lo que se dice durante la llamada es otro factor relevante. A diferencia de los mensajes, donde tienes más tiempo para pensar y replantear tus palabras, las llamadas demandan respuestas instantáneas, lo que puede provocar inseguridades.

Generaciones y evolución tecnológica

Los cambios generacionales también desempeñan un papel importante. Mientras que las generaciones mayores crecieron dependiendo de las llamadas telefónicas para socializar, los más jóvenes –particularmente aquellos nacidos después de 1991– prefieren métodos de comunicación asincrónicos como los mensajes de texto o notas de voz.

Esto está vinculado a la comodidad que ofrecen estas herramientas. No solo permiten responder en el momento más adecuado, sino que también evitan las interrupciones, lo que se alinea con el ritmo acelerado de la vida moderna.

La inmediatez como fuente de estrés

Otro problema con las llamadas telefónicas es que requieren una respuesta inmediata, algo que puede resultar estresante. Los mensajes, en cambio, te dan tiempo para reflexionar, consultar información, o simplemente postergar la respuesta hasta que te sientas listo.

En un mundo donde el multitasking es común, muchas personas valoran más el control sobre su tiempo. Las llamadas parecen ir en contra de este principio, ya que demandan atención completa en ese momento.

La falta de preparación y miedo al error

Para algunos, la espontaneidad que requieren las llamadas puede ser un problema. Tener que improvisar respuestas sin preparación previa puede generar ansiedad. A diferencia de los mensajes, donde puedes borrar y editar tus palabras antes de enviarlas, una vez que algo se dice en una llamada, no hay vuelta atrás.

Esto se vuelve particularmente evidente en llamadas laborales o formales, donde cualquier error puede ser percibido como falta de profesionalismo.

Estrategias para manejar la ansiedad telefónica

Aunque evitar las llamadas puede ser una solución temporal, aprender a manejarlas puede ser beneficioso a largo plazo. Entender que la ansiedad hacia las llamadas es común y no significa debilidad puede ayudar a reducir el estrés asociado. Algunas estrategias incluyen:

  • Preparar puntos clave antes de la llamada para evitar vacilaciones.
  • Establecer límites claros sobre los horarios en los que estás disponible.
  • Practicar con amigos o familiares para ganar confianza.

Mientras que las llamadas telefónicas alguna vez fueron esenciales, los cambios tecnológicos y sociales han hecho que muchas personas las perciban como innecesarias o intrusivas. Factores como la ansiedad, la falta de control, y la conveniencia de los mensajes de texto explican esta tendencia.

Sin embargo, no se trata de evitar las llamadas por completo, sino de balancearlas con otras formas de comunicación. Aunque a muchos no les guste contestar el teléfono, reconocer las raíces de este rechazo puede ayudarte a encontrar soluciones y comunicarte de manera más efectiva.

¿Le resultó útil este artículo?

Photo of MaBe Doval

MaBe Doval

Mabe Doval es una reconocida comunicadora social con una pasión innata por la lectura y el estilo de vida. Nació el 15 de abril de 1985 en la ciudad de Santiago, Chile, y desde muy joven mostró un amor por las palabras y la influencia que pueden tener en la sociedad.

Publicaciones relacionadas