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Estilo de vida

Consejos para cuidarte a ti mismo

Como cuidador, es posible que estés tan enfocado en tu ser querido que no te des cuenta de que tu salud

CUIDAR A PERSONAS ENFERMAS ES GRATIFICANTE, PERO ESTRESANTE

Cuidar de personas enfermas puede tener muchas recompensas. Para la mayoría de los cuidadores, estar presente cuando un ser querido te necesita es un valor fundamental y algo que deseas dar.

«Sin embargo, es casi seguro que ocurrirá un cambio de roles y emociones. Es natural sentirse enojado, frustrado, exhausto, solo o triste. El estrés del cuidador (el estrés emocional y físico que conlleva el cuidado) es común. Los cuidadores que sienten estrés pueden ser vulnerables a cambios en su propia salud», explica Mayo Clinic.

SIGNOS DE ESTRÉS DEL CUIDADOR

Como cuidador, es posible que estés tan enfocado en tu ser querido que no te des cuenta de que tu salud y bienestar se ven afectados. Presta atención a estos signos de estrés del cuidador:

  • Sentirse abrumado o preocupado constantemente
  • Sentirse cansado con frecuencia
  • Dormir mucho o no dormir lo suficiente
  • Presentar un aumento o una pérdida de peso
  • Irritarse o enojarse fácilmente
  • Perder el interés en actividades que solías disfrutar
  • Sentirse triste
  • Sufrir con frecuencia dolores de cabeza, dolor corporal u otros problemas físicos
  • Consumir alcohol o drogas ilícitas en exceso, incluidos medicamentos recetados

ESTRATEGIAS PARA LIDIAR CON EL ESTRÉS DEL CUIDADOR

Acepta la ayuda. Prepara una lista de lo que pueden hacer otros para ayudarte y deja que la otra persona elija qué hacer. Por ejemplo, un amigo puede ofrecerse para llevar de paseo a la persona que cuidas un par de veces por semana. O un amigo o un familiar puede hacer un trámite por ti, recoger alimentos o cocinar.

Concéntrate en lo que puedas proporcionar. Es normal que a veces sientas culpa, pero debes entender que nadie es el cuidador «perfecto». Confía en que estás haciendo lo mejor que puedes y tomando las mejores decisiones que puedes en todo momento.

FÍJATE OBJETIVOS REALISTAS Y CONÉCTATE PARA CUIDARTE

Divide las tareas grandes en pasos pequeños que puedas hacer de a uno. Prioriza, crea listas y establece una rutina diaria. Comienza a decir que no a pedidos desgastantes, como preparar comidas para las fiestas.

Conéctate. Busca recursos de cuidado en tu comunidad. Muchas comunidades tienen clases que son específicas sobre la enfermedad que tiene tu ser querido. Puede haber servicios de cuidado disponibles, como trasporte, entrega de comida a domicilio o limpieza del hogar.

EL CUIDADOR QUE TRABAJA FUERA DE CASA

Casi el 60 % de los cuidadores trabaja fuera de su casa. Si trabajas fuera de tu casa y eres un cuidador, es posible que empieces a sentirte abrumado. En ese caso, considera la posibilidad de pedir una licencia en tu trabajo durante un tiempo.

Los empleados amparados por la Ley federal de licencias familiares y médicas (FMLA, por sus siglas en inglés) pueden tener hasta 12 semanas de licencia por año sin goce de sueldo para cuidar de sus familiares. Averigua en la oficina de recursos humanos cuáles son tus opciones de licencia sin goce de sueldo.

NO ESTÁS SOLO

Si eres como muchos cuidadores, te cuesta pedir ayuda. Desafortunadamente, esta actitud puede llevar a sentirse aislado, frustrado e incluso deprimido.

En lugar de luchar por tu cuenta, aprovecha los recursos locales para los cuidadores. Para empezar, consulta el Localizador de cuidados para ancianos o comunícate con la agencia del área para la tercera edad local para conocer los servicios de tu comunidad.

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Angie Molina