¿Un orgasmo durante el deporte? ¡Es posible con el «coregasmo»!
Aunque no todas las personas lo experimentan, es una muestra más de que el deporte no solo fortalece el cuerpo, sino también la conexión con nuestras sensaciones.

¿Te imaginas entrenar y, de repente, experimentar una explosión de placer sin motivo aparente? Esto tiene un nombre: «coregasmo», un fenómeno real y más común de lo que crees. Vamos a explorarlo.
¿Qué es el coregasmo?
El término viene de la unión de «core» (zona central del cuerpo, especialmente abdominales) y «orgasmo». Se refiere a esa respuesta de placer que algunas personas sienten mientras hacen ejercicio, particularmente en actividades que activan los músculos abdominales, el suelo pélvico y el área pélvica. No es un orgasmo sexual tradicional, pero provoca sensaciones intensas y satisfactorias.
Aunque pueda parecer un concepto moderno, esta experiencia ha existido desde hace siglos. Incluso en el siglo XIX, algunas mujeres reportaron sensaciones similares al usar máquinas de coser. El coregasmo no distingue género; hombres y mujeres pueden experimentarlo.
¿Cuándo y por qué ocurre un coregasmo?
Los coregasmos suelen suceder cuando haces ejercicios que implican una fuerte contracción del núcleo abdominal. Estos movimientos estimulan el flujo sanguíneo en las áreas pélvicas, provocando que aumente la sensibilidad. Además, se liberan endorfinas, dopamina y otras hormonas que intensifican la sensación de bienestar.
La sexóloga Debby Herbenick, en sus investigaciones, descubrió que ciertas partes del entrenamiento corporal tienen más probabilidades de provocar este tipo de respuestas. Actividades como abdominales, levantamiento de piernas, dominadas, ciclismo y yoga son los mayores responsables. Sin embargo, no todas las personas pueden llegar a experimentarlo, pues depende de la anatomía, la sensibilidad y la intensidad del ejercicio.
¿Es accidental o puede inducirse?
Un coregasmo puede ocurrir de forma espontánea… o con un poco de intención. Si quieres probarlo, podrías incluir ejercicios que trabajen de forma prolongada los músculos pélvicos y abdominales. ¿Cuáles funcionan mejor? Algunos ejemplos son:
- Crunches (abdominales clásicos): La repetición puede intensificar la presión en el abdomen bajo.
- Elevación de piernas: Mantén el control en cada movimiento.
- Dominadas: Estas no solo activan el core, sino que también implican resistencia física.
- Entrenamiento en bicicleta: Combinando el movimiento repetitivo y rítmico, puede favorecer ciertas sensaciones.
Si lo intentas, hazlo en un entrenamiento privado. No todos tienen la misma experiencia y el coregasmo puede ser inesperado.
¿Es solo placer físico?
A pesar de lo que muchos podrían pensar, el coregasmo no tiene que ver estrictamente con pensamientos sexuales. Una gran mayoría de las personas que lo han sentido no estaba fantaseando o buscando estímulos eróticos en ese momento. Es una respuesta corporal completamente fisiológica, desencadenada por el aumento de flujo sanguíneo y la actividad muscular.
El coregasmo es más como un «orgasmo fisiológico» que imita los efectos de un orgasmo clásico, lo que incluye respiración acelerada y relajación después de la liberación de tensión. Esto lo convierte en una experiencia única, pero también saludable.
¿Tiene beneficios para la salud?
Sí, ¡y hay más de los que imaginas! Experimentar un coregasmo no solo es placentero, también aporta ventajas físicas y emocionales. La actividad física ya de por sí mejora el estado de ánimo gracias a la liberación de endorfinas. Si a esto sumas las sensaciones de un coregasmo, tienes una fórmula perfecta para:
- Reducir el estrés: Sentirte bien emocionalmente.
- Aumentar la confianza corporal: Al trabajar tu fuerza, también te conectas con las respuestas de tu cuerpo.
- Mejorar la vida sexual: Según expertos, el coregasmo puede ser una forma de reconectar con tu placer, aumentando la satisfacción en pareja.
Por otro lado, al ser una respuesta involuntaria y natural, puede ayudarte a entender mejor cómo reaccionas a ciertos estímulos, fortaleciendo la relación mente-cuerpo.
¿Es algo de lo que preocuparse?
No, en absoluto. El coregasmo no es una señal de que algo esté mal en tu cuerpo. De hecho, demuestra que tienes un sistema circulatorio y hormonal en excelente forma. No obstante, si las sensaciones son muy intensas o interfieren con tus entrenamientos, podrías ajustar los ejercicios o buscar asesoría con un especialista en salud pélvica.
Es importante mantener una perspectiva positiva. Experimentar un coregasmo no te convierte en alguien «extraño». Es simplemente otra forma en la que nuestro cuerpo responde a ciertos estímulos.
Si eres de los afortunados que sienten el coregasmo, no hay de qué avergonzarse. Es un efecto colateral del ejercicio que te anima a disfrutar más del entrenamiento. ¿Y si nunca lo has sentido? No estás «perdiéndote de algo». Cada cuerpo responde de manera única, y lo importante es moverte, cuidar de ti y fortalecer tu salud con cada sesión.
Entonces, la próxima vez que te ejercites, presta atención a cómo reacciona tu cuerpo. ¡Quién sabe! Tal vez descubras que hacer deporte puede ser mucho más placentero de lo que imaginabas.