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Estilo de vida

¿Qué pasa si me tomo 8 vasos de agua al día?

Una buena hidratación influye en los niveles de lípidos plasmáticos. Si la persona está bien hidratada sus niveles serán menores y su riesgo cardiovascular también será menor.

El agua es indispensable para el buen funcionamiento de nuestro organismo, por ello nutricionistas del Instituto Nacional de Salud (INS) del Ministerio de Salud recomiendan beber entre 6 y 8 vasos de agua al día a fin de prevenir cuadros de deshidratación por el incremento del calor.

Aunque existen diversas polémicas en cuanto a la cantidad de agua que debemos consumir a diario, investigaciones han determinado que una persona de tamaño y peso normal requiere alrededor de dos a tres litros de agua, es decir, unos ocho vasos al día.

Sin embargo, si la persona tiene sobrepeso debe sumarle un vaso adicional por cada ocho kilos extra. Las personas que hacen mucho ejercicio también necesitan uno o dos vasos adicionales al día.

Una buena hidratación influye en los niveles de lípidos plasmáticos. Si la persona está bien hidratada sus niveles serán menores y su riesgo cardiovascular también será menor.

Beneficios de tomar ocho vasos de agua diarios

Aumento considerable de las sustancias en la saliva que controlan las bacterias, así evitarás la gingivitis, caries y demás enfermedades bucales.

Facilita el correcto funcionamiento del hígado, los riñones y del sistema inmunológico.

Regula los niveles de acidez en el cuerpo para retardar el envejecimiento.

Lubrica las articulaciones y mejora la resistencia de los ligamentos, y además ayuda al cabello, las uñas y la piel.

Alimentación

Asimismo, los nutricionistas del INS sugieren consumir alimentos con gran contenido de agua, entre ellos las frutas y verduras como la sandía, melón, piña, mandarinas, pepino, lechuga, espinacas, rabanito, apio, entre otras que permiten tener una adecuada hidratación.

Por otro lado, alertaron que la deshidratación aumenta el ritmo cardiaco y dificulta el mantenimiento de la presión arterial, y está clínicamente comprobado que basta un desbalance entre la ingesta y la pérdida de agua para sufrir una reducción del rendimiento y la función mental.

Por ejemplo detallaron que las personas con más actividad física y aquellas que viven en ambientes cálidos, necesitan mayor consumo de agua.  Aproximadamente entre un 70 y 80 por ciento de la hidratación es con bebidas y entre un 20 a 30 por ciento con alimentos.

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Angie Molina