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consejos y trucos

Cinco maneras de evitar que tu casa se llene de polvo tan rápido

Aunque puedas sentir que el polvo siempre gana la batalla, aplicar estas estrategias hará una gran diferencia en tu hogar.

El polvo en casa puede parecer un problema imposible de solucionar. Aparece rápidamente, afecta la calidad del aire, y puede desencadenar alergias o problemas respiratorios. Aunque no se puede evitar por completo, sí puedes reducir su acumulación tomando medidas simples que marcan una gran diferencia.

Mantén los filtros y conductos limpios

Tu sistema de ventilación puede ser uno de los mayores responsables de llevar polvo a cada rincón. Cambiar los filtros de aire del HVAC cada dos o tres meses no solo mejora su eficacia, sino que también evita que partículas finas circulen por la casa. Si tienes mascotas o vives en zonas secas, puede que necesites cambiarlos con más frecuencia.

No olvides limpiar las rejillas, los ductos y los ventiladores de extracción del baño. Recuerda que un filtro sucio es igual a polvo extra acumulándose en los muebles, así que presta atención a estos detalles. Incluso, una limpieza profunda de los conductos puede ser necesaria si nunca se ha realizado.

Usa un purificador de aire eficaz

Un buen purificador de aire puede hacer maravillas al reducir las partículas flotantes. Los modelos equipados con filtros HEPA eliminan el polvo fino, el pelo de mascotas y hasta alérgenos como el polen. Si eliges uno con filtro de carbón activado, también controlará los olores desagradables.

Recuerda colocar el purificador en las habitaciones donde pases más tiempo y mantenerlo funcionando a bajo nivel constantemente. Aunque no reemplaza el acto de limpiar, ayuda a que el polvo tarde más tiempo en depositarse.

Refuerza tu rutina de limpieza

Limpiar regularmente es la clave para mantener el polvo bajo control, pero la forma en que lo haces importa. Aspira los pisos al menos dos veces por semana, especialmente si tienes alfombras que atrapan fácilmente las partículas. Si tu aspiradora no tiene un filtro de alta eficiencia, el polvo puede volver al aire.

Tampoco te olvides de las zonas menos visibles: bordes de ventanas, persianas, ventiladores de techo y debajo de los muebles. Al limpiar muebles y estantes, usa un paño de microfibra en lugar de plumeros que solo levantan el polvo. Además, ¿sabías que usar suavizante para ropa diluido puede ayudar a que las superficies repele el polvo después de limpiarlas?

Cierra las ventanas durante el día

Aunque abrir las ventanas proporciona ventilación, también es una puerta abierta para que el polvo entre. Esto es especialmente cierto en áreas urbanas o durante días con mucho viento. Mantén las ventanas cerradas y utiliza cortinas pesadas, que actúan como barreras contra las partículas externas.

Si necesitas ventilar, hazlo por períodos cortos de menos de cinco minutos y preferentemente temprano en la mañana o por la noche, cuando hay menos polvo en el aire.

Deja los zapatos en la entrada

Tus zapatos son un imán para el polvo, tierra y residuos invisibles del exterior. Al caminar por la casa con ellos, contribuyes a esparcir partículas por todas partes. Coloca un mueble o un tapete en la entrada y establece una regla básica: los zapatos quedan fuera o en el pasillo. Este simple hábito puede prevenir que toneladas de suciedad entren a tu hogar.

En su lugar, utiliza zapatillas de casa o calcetines. Además de mantener el polvo lejos, harás que tus pisos duren más tiempo limpios.

Cuida los detalles como limpiar filtros, usar un purificador de aire y mejorar tu rutina de limpieza. Pequeñas acciones como cerrar las ventanas y dejar los zapatos en la puerta son formas efectivas de evitar que el polvo se acumule demasiado rápido.

Tu casa estará más limpia, fresca y, lo más importante, será un lugar más saludable para vivir. Entonces, ¿a qué esperas para empezar?

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Angélica Ramos

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