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Estilo de vida

¿Cómo lograr que los niños disfruten de la comida sin depender de pantallas?

Cambiar el hábito requiere paciencia, consistencia y un compromiso por parte de los padres

A la hora de comer, muchas familias recurren a las pantallas como solución rápida para mantener a los niños tranquilos. Sin embargo, esto puede afectar tanto los hábitos alimenticios como el desarrollo emocional de los pequeños. ¿Cómo lograr que coman sin depender del móvil, la televisión o la tablet?

¿Cómo lograr que los niños coman sin pantallas?

Crear un ambiente que fomente la concentración

Los niños, al igual que los adultos, necesitan un entorno libre de distracciones para concentrarse en lo que hacen. Limitar las distracciones físicas es clave. Para empezar, apaga la televisión y deja los dispositivos electrónicos en otra habitación. Opta por una mesa simple, sin juguetes ni elementos que desvíen la atención de la comida.

Además, una iluminación adecuada puede marcar la diferencia. Una luz tenue pero clara ayuda a establecer un ambiente relajado y acogedor, lejos del estímulo excesivo que las pantallas suelen generar.

Hacer de las comidas un momento familiar

Cuando los padres se involucran activamente en la hora de comer, los niños se sienten más conectados. Conversar sobre el día, contar historias o incluso cantar canciones pueden ser alternativas interesantes. ¿Qué tal si aprovechas el tiempo para preguntarles qué les emociona o cómo fue su jornada?

Además, comer en conjunto fortalece los vínculos familiares. Si los padres están atentos y presentes, los niños se sienten más motivados a permanecer sentados y disfrutar del momento. Predicar con el ejemplo es fundamental: si los adultos también evitan las pantallas, los pequeños estarán más inclinados a seguir el mismo patrón.

Involucrarlos en la preparación de los alimentos

Los niños suelen mostrar más interés en la comida cuando participan en su preparación. Invítalos a colaborar en tareas simples como lavar los ingredientes, mezclar o servir los platos. Darles pequeñas responsabilidades fomenta no solo su interés por los alimentos, sino también su sentido de pertenencia al momento.

Por ejemplo, si están ayudando a preparar una ensalada, permite que elijan qué ingredientes agregar. Este tipo de actividades también puede ser una oportunidad para enseñarles sobre la importancia de una dieta balanceada.

Ofrecer alternativas de entretenimiento

Si los niños suelen aburrirse a la hora de comer, buscar actividades que no involucren pantallas puede ser una buena solución. Proveer opciones creativas, como contarles historias o iniciar pequeñas conversaciones lúdicas, mantiene su atención sin necesidad de distraerlos visualmente.

También puedes usar objetos como libros interactivos, puzzles o figuras que ellos puedan observar o tocar mientras esperan su comida, siempre y cuando no se conviertan en una distracción mayor. La clave está en establecer límites claros para que entiendan que su foco principal debe ser comer.

Establecer rutinas y reglas claras

Los hábitos saludables empiezan con reglas claras. Establece una rutina predecible para las comidas, donde los niños sepan qué esperar y cuáles son las expectativas. Por ejemplo, define que durante las comidas no se permitirá ningún tipo de dispositivo electrónico.

Sé firme pero comprensivo. Si al principio los niños muestran resistencia, no los presiones en exceso. Reforzar el hábito con paciencia y constancia ayudará a que se adapten gradualmente.

Reconocer y recompensar el esfuerzo

Es importante reconocer los logros de los niños cuando logran comer sin pantallas. Esto no significa premiarlos con postres o dulces, sino mostrarles que valoras su esfuerzo. Un simple «¡Qué bien que comiste sin la tablet hoy!» puede ser suficiente para motivarlos.

Las recompensas no siempre tienen que ser materiales. Ofrecer más tiempo de juego al aire libre o planear una actividad especial juntos puede ser tan efectivo como cualquier premio físico.

Cambiar el hábito de usar pantallas durante las comidas no es algo que suceda de la noche a la mañana. Requiere paciencia, consistencia y un compromiso por parte de los padres. Sin embargo, los beneficios son innumerables: desde mejorar los hábitos alimenticios hasta fortalecer la comunicación familiar.

Haz de la hora de comer una experiencia positiva, libre de distracciones digitales, y notarás cómo los niños empiezan a disfrutar no solo de la comida, sino también del tiempo en familia. ¡El esfuerzo vale la pena!

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MaBe Doval

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