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Estilo de vida

¿Te molesta escuchar a otros masticar? Puedes padecer este trastorno

Comprender la misofonía es el primer paso para derribar mitos y apoyar a quienes la viven cada día

La misofonía es más común de lo que parece, pero sigue siendo poco entendida. ¿Te ha pasado que ciertos sonidos, como el masticar o el teclear constante, te irritan al punto de sentirte fuera de control? Esa es una experiencia diaria para quienes padecen este trastorno.

¿Qué es la misofonía?

Es una condición en la que sonidos cotidianos provocan reacciones intensas y emocionales. No se trata de una simple molestia o incomodidad, va mucho más allá.

Definición y síntomas

El término significa literalmente ‘odio al sonido’. Sin embargo, quienes la padecen no odian todos los sonidos, solo algunos específicos, conocidos como “disparadores”. Estos suelen incluir:

  • El sonido de alguien masticando comida.
  • Chasquidos de labios o sorber una bebida.
  • Teclados al escribir.
  • Respiración fuerte.

Los síntomas comunes incluyen irritación extrema, ansiedad, ira y una necesidad urgente de escapar del sonido. Algunas personas incluso experimentan respuestas físicas, como un aumento en la frecuencia cardíaca.

Foto: Freepik

Causas de la misofonía

Aunque no se conoce la causa exacta, algunos estudios sugieren que podría haber una combinación de factores biológicos y ambientales. Entre los más destacados están:

  • Neurología: Se cree que ciertas conexiones en el cerebro, especialmente entre las áreas auditivas y emocionales, están más activas en quienes padecen misofonía.
  • Experiencias previas: Algunos desarrollan misofonía después de una experiencia negativa asociada a sonidos específicos.
  • Genética: Existe la posibilidad de que tenga un componente hereditario, ya que es común encontrarlo en familias.

Impacto en la vida diaria

Vivir con misofonía puede ser un desafío constante. Incluso los entornos más normales, como la oficina o un restaurante, pueden sentirse inaguantables.

Efectos emocionales

La exposición constante a los sonidos desencadenantes provoca estrés y ansiedad. Muchos afectados describen un sentimiento de impotencia, como si no pudieran controlar su reacción. Esta lucha interna puede afectar el bienestar mental a largo plazo.

La ira es otro síntoma común. No es una irritación pasajera, sino una reacción visceral e intensa. Esto puede generar culpa en quienes la padecen, ya que son conscientes de que sus respuestas no son “normales”, pero no pueden evitarlo.

Relaciones interpersonales

La misofonía también complica las relaciones. Imagina compartir la mesa con familiares mientras alguien hace ruidos al masticar. Para quienes tienen, ese momento puede convertirse en una tortura.

Es común que las personas afectadas se alejen de amigos y familiares para evitar situaciones incómodas. Esto puede hacer que otros los malinterpreten, pensando que son exagerados o antisociales.

En entornos laborales, la situación no mejora. Trabajar en una oficina donde otros chasquean la lengua o teclean continuamente puede parecer una pesadilla. Esto, a su vez, afecta la productividad y aumenta la frustración.

Manejo y tratamientos

Terapias y tratamientos disponibles

La terapia cognitivo-conductual (TCC) ha demostrado ser efectiva. Ayuda a los pacientes a identificar pensamientos negativos sobre los sonidos desencadenantes y a reemplazarlos por otros más positivos.

Además, la TCC puede enseñar técnicas de relajación para reducir la intensidad de las reacciones emocionales. Otra opción es la terapia de reentrenamiento del tinnitus, que busca reducir la sensibilidad al sonido a través de estímulos auditivos.

Para casos más severos, algunos psiquiatras recetan medicamentos como ansiolíticos para manejar la ansiedad asociada.

Estrategias de afrontamiento

  • Usa auriculares o tapones para los oídos. Bloquear los sonidos es una solución práctica en muchos casos.
  • Crea un ambiente más cómodo. Si los ruidos en casa son un problema, utiliza ruido blanco o música relajante de fondo.
  • Comunica tus necesidades. Explica tu condición a las personas cercanas. Puede ser incómodo al principio, pero ayudará a evitar conflictos.
  • Evita exponerte al sonido disparador. Si sabes que un entorno va a ser difícil de manejar, planifica cómo minimizar tu exposición.

Percepciones y mitos sobre la misofonía

Aunque la misofonía es un trastorno legítimo, aún enfrenta incomprensión y prejuicios. Clarificar los mitos puede fomentar mayor empatía hacia quienes la padecen.

Mitos comunes

  • “Es solo una manía o capricho”: Muchas personas creen que la misofonía es solo una exageración, sin comprender el verdadero impacto emocional y físico que causa.
  • “La gente debería aprender a ignorar los sonidos”: Este es uno de los comentarios más comunes, pero ignorar los disparadores no es una opción para quienes tienen misofonía.
  • “Es un problema generado por estrés”: Aunque el estrés puede agravar la condición, no es su causa principal.

Realidades del trastorno

La misofonía no es falta de tolerancia ni una simple molestia. Es un trastorno neurológico relacionado con la forma en que el cerebro procesa ciertos sonidos. Además, no tiene nada que ver con el nivel de madurez emocional. Incluso personas muy equilibradas pueden verse afectadas. Comprender esto es clave para apoyar a quienes la padecen.

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MaBe Doval

Mabe Doval es una reconocida comunicadora social con una pasión innata por la lectura y el estilo de vida. Nació el 15 de abril de 1985 en la ciudad de Santiago, Chile, y desde muy joven mostró un amor por las palabras y la influencia que pueden tener en la sociedad.

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