Errores frecuentes que te impiden bajar de peso y pueden hacerte engordar sin darte cuenta
Se trata de construir hábitos sostenibles y saludables que puedas mantener a largo plazo

Bajar de peso puede parecer sencillo al principio, pero muchas veces ciertos hábitos cotidianos pueden estar saboteando tus esfuerzos. Lo que parece una decisión saludable podría, sin saberlo, ser la causa de que subas esos kilos de más.
Errores frecuentes que te impiden bajar de peso
Comer «alimentos saludables» sin verificar las etiquetas
¿Alguna vez has comprado productos que dicen ser bajos en grasa o light? Aunque suene prometedor, estos alimentos suelen sustituir la grasa con azúcar o carbohidratos refinados para mantener el sabor. Al final, podrías estar consumiendo más calorías de las esperadas. Leer las etiquetas nutricionales y entender los ingredientes es clave para tomar decisiones informadas.
Saltarte comidas pensando que ayudará
Este es un error muy común. Muchas personas creen que saltarse el desayuno o el almuerzo reducirá su ingesta calórica diaria, pero lo que realmente sucede es que terminas con un hambre descontrolada más tarde. Esto puede llevarte a consumir porciones más grandes o alimentos poco saludables al final del día.
Además, saltarte comidas afecta tu metabolismo. Un metabolismo lento quema menos calorías, lo que va en contra de tus objetivos de pérdida de peso.
No controlar las porciones
Incluso los alimentos saludables, como los frutos secos o el aguacate, pueden hacerte engordar si los consumes en exceso. Es fácil subestimar el tamaño de las porciones, especialmente cuando comes directamente de un envase. Usar platos más pequeños y medir tus porciones puede ayudarte a evitar el consumo excesivo de calorías.
Beber calorías «sin darte cuenta»
Los refrescos, jugos envasados y esas bebidas tipo café con crema o jarabes son una fuente escondida de calorías vacías. Aunque no lo notes, un vaso de refresco contiene una cantidad significativa de azúcar que probablemente tu cuerpo no necesita. Optar por agua, té sin azúcar o infusiones es una forma sencilla de evitar este error.
Ignorar la importancia de dormir bien
La falta de sueño afecta tus hormonas del hambre, como la leptina y la grelina. Cuando no duermes lo suficiente, es más probable que optes por alimentos ricos en carbohidratos y grasas para obtener energía rápida. Dormir al menos 7 horas por noche no solo es bueno para tu salud, sino también para controlar tu peso.
Confiar demasiado en los productos etiquetados como «light» o «sin azúcar»
Muchos productos «light» o «sin azúcar» contienen edulcorantes artificiales que pueden alterar tu sensación de saciedad, llevándote a comer más. Además, algunos de estos productos tienen casi las mismas calorías que sus versiones regulares. Por eso, siempre es mejor elegir alimentos frescos y naturales.
No tomar suficiente agua
¿Sabías que la sed a veces se confunde con hambre? Muchas personas comen algo cuando en realidad su cuerpo está pidiendo hidratación. Beber suficiente agua no solo te mantiene hidratado, sino que también puede ayudar a reducir los antojos.
Hacer dietas extremas o restrictivas
Las dietas muy bajas en calorías o que eliminan ciertos grupos de alimentos de forma radical son insostenibles y poco saludables a largo plazo. Aunque al principio puedas ver resultados, tu cuerpo entra en modo de «ahorro de energía», lo que ralentiza tu metabolismo y hace más difícil mantener el peso perdido. Esto puede generar un efecto rebote al volver a tus hábitos normales.
No prestar atención al ejercicio
Si bien perder peso depende en gran medida de lo que comes, el ejercicio es fundamental para mantener un cuerpo saludable. Sin embargo, el ejercicio por sí solo no compensa una mala alimentación. Si después de hacer ejercicio «te premias» con una comida alta en calorías, estás anulando el esfuerzo realizado.
Además, elegir el tipo de ejercicio adecuado para tu condición y necesidades es crucial. No necesitas entrenamientos extremos; lo importante es ser constante.
No controlar el estrés
El estrés aumenta tus niveles de cortisol, una hormona que puede causar acumulación de grasa, especialmente en el área abdominal. Además, muchas personas recurren a la comida como un mecanismo de alivio emocional, lo que genera un consumo excesivo de calorías. Practicar técnicas de relajación, como yoga o meditación, es una forma efectiva de manejar el estrés.
Comer distraído
Comer frente al televisor, mientras trabajas o revisas el celular, puede hacer que consumas más calorías de las necesarias. Cuando no prestas atención a lo que comes, es fácil perder el control de las porciones. Comer de manera consciente, disfrutando cada bocado, te ayudará a identificar cuándo estás satisfecho.
Bajar de peso no se trata de seguir las últimas modas en dietas ni de hacer cambios extremos. Se trata de construir hábitos sostenibles y saludables que puedas mantener a largo plazo. Identificar y corregir estas prácticas erróneas es el primer paso hacia una vida más equilibrada.
Recuerda, cada pequeño cambio cuenta. Comer con conciencia, mantenerte activo, descansar lo suficiente y escuchar a tu cuerpo son claves para lograr tus objetivos sin sacrificar tu bienestar.
