Cosas que una experta en limpieza no debe hacer jamás
La limpieza de la casa puede volverse una práctica tan monótona, que en ocasiones existe la posibilidad de que quien la ejerce
HACER UNA LIMPIEZA RUTINARIA Y MECANIZADA
La limpieza de la casa puede volverse una práctica tan monótona, que en ocasiones existe la posibilidad de que quien la ejerce quede mecanizado haciendo siempre el aseo por los mismo sitios; pero olvidando (sin intención) algunas zonas que también necesitan atención pues al igual que el resto, acumulan bastante suciedad.
Esa suciedad no es beneficioso bajo ningún concepto; los factores son muchos. En principio no aporta nada a la estética del inmueble, asimismo con ello se acumulan bacterias que pueden causar alergias o enfermedades cutáneas, y por último, según los creyentes de las buenas y malas energías, eso no aporta a nada a que las vibras estén altas y haya armonía en la vivienda.
OLVIDAR PARTES IMPORTANTES
La barra de las cortinas: cada vez que puedas, acércate a ella y aséalas; si no alcanzas y no puedes montarte en una silla o escalera, utiliza un plumero o un escoba que te ayude a llegar a ese sitio.
Las ventanillas del aire acondicionado: estás también son potenciales acumuladoras de suciedad, la cual no solo es peligrosa porque se expande en el ambiente con la ventilación, sino que también mengua la operatividad del equipo. Asimismo debes limpiar muy bien debajo del sofá y las camas para que no acumule todo el polvo allí.
LEE BIEN A CONTINUACIÓN
Si te consideras experta en las tareas del hogar, entonces no debes hacer lo que te mencionaremos a continuación:
- Guardar la ropa sin planchar.
- Acumular cosas en tu casa que a su vez puedan atraer insectos y acumular polvo.
- No tener contenedor para organizar los juguetes de tus hijos.
- No prestar atención al material con el que están hechos para saber con qué productos limpiarlos.
- No acumular cajas y objetos encima de las estanterías.
- No ser una maníaca de los productos, solo basta con lo necesario y será todo efectivo.
- Dejar la cama sin tender durante todo el día.
DEJAR PARA DESPUÉS BIBLIOTECAS Y COLCHONES EN LIMPIEZA
Bibliotecas y estanterías: si el aire es un potencial acumulador de polvo, estas lo son dos veces más. Generalmente tienen libros y elementos cuyo uso no es cotidiano y por eso tienden a represar mucha más suciedad e incluso insectos, que otros espacios de la casa.
Los colchones: estos se deben limpiar de manera recurrente pues acumulan el sudor de las personas cuando se acuestan sobre ellos. Puedes limpiarlos con vinagre y bicarbonato, cuidando siempre esperar que se seque para volverlo a usar. También recomienda cambiar el lado periódicamente y sacarlo al sol cada seis meses para que la luz natural acabe con los ácaros que acumulan este tipo de elementos del hogar.
IGNORAR LAS COSAS QUE MÁS ACUMULAN BACTERIAS
En la cocina está la mayor parte de los objetos del hogar que acumulan bacterias que puede transmitirse hacia el cuerpo humano y generar enfermedades. Por ejemplo, la tabla de las verduras, que en ocasiones también se utiliza para cortar el pollo, la carne u otros elementos.
Lo más recomendable es que no utilices la misma tabla para todo, porque podrías estar contaminando tus alimentos. Si te es posible, adquiere en el mercado un set de tablas, de manera que puedas emplear una para las frutas, otras para las verduras, una para el pollo, otra para el pescado y así sucesivamente. También debes lavarla muy bien, con deterge
DEJAR DE LADO EL CEPILLO DE DIENTES DURANTE LA LIMPIEZA
El cepillo de dientes es un reservorio de bacterias, sobre todo cuando no permanece en el lugar correcto y está expuesto al polvo y los bichos que se pasean por las viviendas y en especial por los baños. Lo que recomiendan los expertos es que cinco minutos antes del cepillado, se ponga a remojar en vinagre o enjuague bucal para matar lo dañino.
También recuerda que si pasaste por una enfermedad, ya sea tos, gripa, alergia, entre otros, una vez te cures debes cambiar el cepillo pues las cerdas del mismo estarán llenar de todo los gérmenes que estuvieron en tu cuerpo durante el tiempo en el que estuviste enfermo. Ten en cuenta además que los odontólogos dice que se debe cambiar cada tres meses.
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