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Estilo de vida

Cosas que debes saber si haces ejercicio antes de dormir

Al parecer, hasta los años noventa, se decía que era mejor evitar el deporte antes de irnos a dormir

A veces, nuestro horario laboral nos imposibilita a la hora de escoger cuándo dedicar un momento al ejercicio, por lo que los entrenadores personales advierten de que puede darse una de estas dos vertientes: que el cuerpo se active y desaparezca el sueño o que, de lo contrario, el cansancio por el entrenamiento nos haga irnos a dormir y conciliar antes el sueño.

Según un estudio del Instituto de Ciencia Weizmann de Israel, hacer ejercicio al caer la tarde o en las primeras horas de la noche resulta más eficiente. El consumo de oxígeno es menor, tenemos más fuerza y resistencia y el cuerpo necesita menos calentamiento después de todo el día funcionando.

Ventajas

Pero una de las ventajas más interesantes del deporte al finalizar el día es que reduce el estrés y la ansiedad. Es una manera perfecta de despejar la mente y liberar endorfinas.

Dice el entrenador Marcos Lorente que la actividad física y la segregación de serotonina “hará que quememos estrés, nos concentremos más y eliminemos los malos pensamientos del día o afrontemos mejor los problemas y no nos los llevemos a la almohada”.

Queda claro que hacer deporte antes de dormir no es en ningún momento perjudicial, aunque puede darse el caso de que nos active… Pero si hay algo que llama principalmente la atención es que quemaremos estrés.

La revista Sports Medicine, publicó un informe donde se concluyó que no hay evidencias de que el ejercicio nocturno afecte negativamente al sueño, sino todo lo contrario.

Aunque para ello es fundamental que la práctica deportiva se desarrolle como mínimo una hora antes de acostarse. El entrenamiento no debe durar más de 45 minutos ni ser de una intensidad demasiado alta, pues de lo contrario el cuerpo se activará demasiado.

Al parecer, hasta los años noventa, se decía que era mejor evitar el deporte antes de irnos a dormir, pues nos activa y nos iba a costar más conciliar el sueño. Como tantas cosas, se han desmentido este tipo de creencias a través de la ciencia en los últimos años.

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Angie Molina