Vivir sin sexo: ¿Es posible?
En una pareja, los problemas sexuales son una de las preocupaciones más comunes. Siempre habrá quien te diga que tiene sexo al menos 5 veces a la semana. La realidad es que esta no es la mayoría. Vivir sin sexo parece imposible. Lo que sí es posible es gestionar los periodos menos intensos con dulzura y complicidad. El sexo no es lo único que mantiene unida a una pareja.
¿Hay alguna probabilidad de vivir sin tener sexo?
Los abstencionistas no son mayoría en el mundo, pero si existen. Puede ser una elección o una fatalidad por parte de decepciones o fracasos amorosos los cuales les impide satisfacer sus necesidades sexuales por años. Pero no es extraño que tarde o temprano la presión social los obligue, ya que cuanto menos sexo tengan, mayor será el miedo de no ser “normal” junto a la idea de no encajar en la sociedad. Esto puede estigmatizar a algunas personas que evitarán cada vez más las oportunidades por falta de confianza y práctica. No tener sexo es posible en estos casos particulares, pero ¿es posible en pareja?
¿Con cuanta frecuencia se tienen relaciones sexuales en pareja?
No hay normas para los que se encuentran en una relación, lo más importante es lo que genera placer y lo que satisface a ambas personas. De acuerdo con algunos datos, lo normal es hacerlo una vez a la semana. Sin embargo, los apasionados de la vida tienen la posibilidad de hacer que esta estadística cambie, siendo lo esencial que ambos se sientan complacidos por el otro. Por esta razón, varias parejas son menos pasionales y otras lo son más sin que esto represente un problema.
Teniendo esto en cuenta, es normal que con el pasar del tiempo se reduzca la frecuencia de los encuentros sexuales. Al pasar el tiempo, aspectos como el trabajo y la familia agotan con mucha más rapidez y esto le roba terreno al área de la libido, pero ¿De qué forma se puede superar esta etapa sin que la relación se quiebre?
Problemas sexuales temporales
Si alguna de las 2 personas presenta inconvenientes físicos, ya sea disminución de la libido, sequedad vaginal, disfunción eréctil o cualquier otra enfermedad, es recomendable continuar dándose placer mutuamente de otras formas. Lo que realmente importa es el contacto y la práctica, por lo que es momento de experimentar juntos, tratar de encontrar una solución que sea conveniente para ambos y que les brinde la oportunidad de mantener el contacto físico y el placer recíproco.
Busquen alternativas, no se encierren en el problema, es importante hablarlo e indagar en maneras de salir juntos de esta situación y sin remordimientos. Comienza manteniendo el cuidado personal, mantén tu estado de ánimo y dedica tiempo a cada uno de los aspectos de tu vida, sin ignorar el área sexual.
Ten en cuenta que un bajón de la libido no quiere decir que deba haber un bajón en el amor. Ambos pueden ser aspectos separados que pueden ser tratados de manera distinta.
¿Cómo hacer frente los problemas sexuales?
Antes de asistir a la consulta de una sexóloga, comiencen por sacar un espacio para darse mucho cariño y dialogar abiertamente sobre su relación. Puedes ayudar a que tu pareja se tranquilice por tu baja libido y hallar juntos una solución, también aprende a dar importancia a preguntas como: ¿Qué nos sucede en este momento? ¿Te sientes preocupado o con mucho estrés? ¿Qué se puede hacer para mejorar nuestra situación actual?
Programen juntos una cita semanal solo para los dos, un ritual para reunirse. Si de verdad se quiere, podrán encontrar la mejor solución.
Deben tener en cuenta que la sexualidad de los hombres no funciona de la misma forma que la de las mujeres: una caída de la libido a causa del estrés es normal en las mujeres que requieren estar en condiciones psicológicas equilibradas, a diferencia de los hombres que suelen tener una libido más activa. Por eso es importante nunca descuidar la comunicación entre pareja y siempre mantener el contacto físico.
Abstinencia sexual: además de bajar la libido, se va disminuyendo el nivel de autoconfianza
La abstinencia sexual puede ser generada por varios aspectos, sin embargo, la principal causa suele ser un largo tiempo sin interacción sexual. Esto es algo por lo que pasan muchas personas, pero sin duda tiene un gran impacto en la autoestima y la moral, ya que no tener sexo, aunque sea algo pasajero, es clave para el autoestima.
Tanto el amor como el sexo aumentan la secreción de algunas hormonas, entre ellas las endorfinas. Además de la confianza propia, la libido también se pone a prueba, se ha demostrado que la libido sube cuando la actividad sexual es constante y baja durante periodos de abstinencia. Sin embargo, algunos expertos comentan que, aun cuando la libido descienda en las etapas de abstinencia, se recuperará en el momento en que la actividad sexual se reactive.
Problemas de salud relacionados con la abstinencia
El sexo no solo influye en la moral y la autoestima, sino que también aporta beneficios en la salud general del organismo, influyendo negativamente también durante los periodos de abstinencia. El estrés puede incrementar durante un largo tiempo sin tener relaciones sexuales, debido a que el sexo contribuye con la regularización del flujo sanguíneo y lo mismo pasa con el sistema inmune: se va fortaleciendo durante las etapas de actividad sexual y se debilita los periodos de abstinencia, ya que estamos menos en contacto con agentes contaminantes y gérmenes.
Finalmente, aun cuando esto solamente concierne a los hombres, un periodo de abstinencia prolongado puede ocasionar disfunción eréctil, y cuando se lleva una vida sexual activa los riesgos de padecer esta clase de trastorno se reducen en un 50%.
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