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Estilo de vida

Cómo blanquear la ropa con productos naturales

Aquí van algunos trucos que te ayudarán en la tarea de volver a tener tu ropa impecable

Con el tiempo la ropa blanca va perdiendo su brillo y su apariencia y, no nos engañemos, la ropa blanca queda bien cuando está reluciente. Recuperar el blanco de la ropa es sencillo pero lleva tiempo, casi tanto como el que tarda en estropearse, así que lo mejor es usar tu lavadora para volver a tenerla perfecta.

Las prendas hablan de la personalidad de quien la usa, estas reflejan sus gustos, tendencias, estilo y en muchas ocasiones hasta el estado de ánimo. Para que los jeans, faldas, camisas y demás ‘pintas’ que se tienen en el closet se conserven como nuevas, es necesario tener algunos cuidados.

Aquí van algunos trucos que te ayudarán en la tarea de volver a tener tu ropa impecable:

Detergente y agua oxigenada

Ingredientes: un cuarto de taza de detergente para prendas delicadas (62 g), dos litros de agua y un cuarto de taza de agua oxigenada (62 ml).

Procedimiento:

En un recipiente, poner los dos litros de agua y el agua oxigenada.

Revolver hasta que todo perfectamente diluido.

Sumergir la prenda que se desee blanquear por 30 minutos.

Transcurrido el tiempo, enjuagar con abundante agua.

Usa el zumo de limón

Para recuperar el blanco de la ropa, el zumo de limón también nos puede ayudar. El procedimiento es el mismo que con el bicarbonato pero, en esta ocasión, hay que hacer un preparado de zumo de limón y sal.

Mezcla el zumo de un limón con tres cucharadas de sal y mételo en el tambor junto con el detergente. Después tendrás que hacer un aclarado para eliminar el olor de la ropa.

La solución del bicarbonato

Si nos sigues fielmente, ya sabrás que sentimos verdadera devoción por el bicarbonato. Es una solución perfecta para eliminar malos olores, las manchas difíciles y, por supuesto, para blanquear la ropa.

Para recuperar el blanco de la ropa sólo hay que añadir media taza de bicarbonato al tambor del detergente, sin usar suavizante y comprobando que el tambor esté perfectamente limpio y, después, ver si ha blanqueado lo suficiente; si no es así, se puede repetir el proceso tantas veces como se quiera.

 

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Angie Molina