Ataques de ansiedad : los orígenes de la crisis

Inquietud intensa, miedo sin objeto acompañado de sensaciones físicas desagradables: opresión, nudo en la garganta, dolor abdominal, sudoración excesiva, dificultad para respirar… Aquí hay una «antología» de síntomas que pueden acumularse durante un ataque de ansiedad.
La angustia, la ansiedad y ataque de pánico
La ansiedad puede definirse como una preocupación, un terror, un estado emocional de tensión fuerte y, a veces, crónica. La angustia es la manifestación del cuerpo que acompaña a la ansiedad. Además, la distinción entre angustia y ansiedad es difícil de hacer. Es clásico reservar con angustia las formas más graves de ansiedad. Desde allí, la crisis de ansiedad es una manifestación fuerte, durante la cual se siente, a veces violentamente, un sentimiento de opresión. Se desencadena por el miedo imaginario de una gran desgracia (accidente, agresión, colapso …) ante la cual la persona es víctima, indefensa, aterrorizada (incapaz de defenderse).
Los orígenes de la crisis.
Muchos factores pueden ser la fuente del ataque de ansiedad. Ejemplos: estrés agudo en el trabajo, trabajo de duelo no realizado, sondeo previo a un examen, trauma (s) en la primera infancia expresados después de años aprovechando otros síntomas como fobias, miedos irracionales, inseguridad, fatiga… La lista es larga, por no decir infinita. La mayoría de las veces, es una acumulación de varios factores que desencadenarán el proceso de crisis paroxística. Además, el motivo de ansiedad «natural» del individuo resulta ser un criterio decisivo: no somos iguales en este punto y tenemos disposiciones naturales más o menos propicias para los ataques de ansiedad…
Tratamientos terapéuticos
La ansiedad es una emoción necesaria para nuestro equilibrio. Nos pone en alerta a los acontecimientos que nos encontramos. También puede ser patológico y provocar ataques de ansiedad más o menos frecuentes. En general, se deben tener en cuenta tres criterios: si la ansiedad está presente todos los días durante varias semanas (3 a 4), si induce un sufrimiento significativo, si impide tener un buen funcionamiento en la vida diaria (por ejemplo, Debido a los ataques de ansiedad repetitivos), ir a consultar puede ser útil.
El tipo de atención se orientará de acuerdo con los posibles orígenes de las crisis y de acuerdo con la información actual más adecuada al tema: terapias cognitivas y conductuales, psicoanálisis o psicoterapia analítica, tratamiento con medicamentos … En la mayoría de los casos, se recomienda la conjugación farmacológica y analítica o terapéutica.
(1) Sigmund Freud: «Inhibición, síntomas y ansiedad» (1926) (Ed.PUF, 2005)